“…Como un día me dijo el poeta Halley, si las palabras se atraen, que se unan entre ellas. Y a vibrar, que son dos sílabas.” (Joan Manuel Serrat)
Escucho recitar a Serrat al final de la canción. Sus palabras me envuelven. Me acarician cuerpo, alma y me tocan el corazón. Percibo su fuerza, hoy sanadora y otras veces destructiva. No las juzgo ni me siento juzgada por ellas. Y me pregunto, ¿Cómo escoger palabras que sanen? ¿Cómo hacer poesía cada día? Y entiendo que las palabras no solo nacen de la cabeza sino que cada célula de nuestro cuerpo es partícipe en su creación. Y entonces me imagino a esos verbos, nombres y adjetivos que Serrat cuida en su poema, cómo entidades propias, con su cuerpo su cabeza y su corazón. Con sus miedos y sufrimientos y también con sus pasiones y alegrías. Cada palabra ahora es un mundo. Y consciente de su magnitud, ahora las utilizo con mucha delicadeza y respeto. Respetando las palabras a las que yo ahora doy vida y pudiendo entonces escuchar las que construye el otro.
¿Cuál es tu palabra ahora mismo? Dila ahora en voz alta y llénate de su eco. Seguro que te orienta en tu momento actual.
Mi palabra hoy es poesía.
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